Se estima que más del 9% de los pacientes que acuden a la cirugía plástica sufren de dismorfofobia o trastorno de la percepción corporal. Quienes padecen esta enfermedad tienen una preocupación exagerada por un defecto físico inexistente y en su afán de eliminar dicho “defecto” se obsesionan con tratamientos quirúrgicos, estéticos, dermatológicos y dentales.
Cuando una persona ha tenido una gran perdida de peso debido a una cirugía bariátrica o de reducción de estómago uno de los problemas más comunes es el exceso de piel en brazos, abdomen, piernas y espalda. Para solucionar esta problemática, acudimos a diferentes técnicas de la cirugía estética y reconstructiva.
Se estima que más de 800.000 personas en España sufren de hiperhidrosis o sudoración excesiva. Para detener este problema, se realizan infiltraciones de toxina botulínica en zonas como las manos, las axilas, los pies o el rostro.
La cirugía para eliminar la cicatriz que deja la perforación de un piercing consiste en extraer la piel del interior y realizar una sutura localizada en la zona (oreja, nariz, ceja, ombligo, etc).
Conoce en qué consiste la liposucción VASER, un procedimiento que permite extraer grasa localizada y esculpir el contorno corporal mediante una máquina de ultrasonidos de última generación.
Según cifras oficiales, el 1,5% de las cirugías en España corresponden a intervenciones genitales. Entre las más realizadas se encuentra la ninfoplastia, la clitoroplastia y la liposucción del monte de Venus.
Aunque todos los cuerpos son diferentes, los pezones femeninos normalmente miden 1 centímetro de largo y 1 de ancho y sobresalen de la areola cuando hace frio o cuando son estimulados. En el caso de los pezones invertidos ocurre todo lo contrario, estos se encuentran hacia adentro y tienen la forma de un pequeño ombligo, razón por la cual también se conocen como pezones umbilicados.
Una de las cirugías faciales que ha tomado más fuerza dentro de los últimos años es la eliminación de las “bolas de Bichat” o bolas de grasa ubicadas en las mejillas o mofletes.
Según el Ministerio de Sanidad, en los últimos años la tasa de cesáreas en España aumentó un 25%, razón por la cual la demanda de cirugías para mejorar el aspecto del abdomen también creció significativamente. Para eliminar las cicatrices de las cesáreas (abultadas, gruesas y de color rosáceo), la técnica más útil es la miniabdominoplastia, una cirugía reparadora y estética en la que mejoramos el tejido que está encima del ombligo, retiramos el exceso de grasa (liposucción) y corregimos la cicatriz interna que ha hecho el ginecólogo.
A medida que envejecemos nuestro rostro pierde tejido graso (adiposo). Esto provoca la caída de los tejidos blandos de la cara, perdiendo la forma ovalada del rostro, acentuando los surcos nasogenianos y apareciendo una depresión a nivel de la mitad del pómulo; lo que se traduce en una cara cansada, poco saludable y con falta de frescura y brillo.
